miércoles, 25 de marzo de 2015

SOMOS NUESTRO PRINCIPAL ENEMIGO




SOMOS NUESTRO PRINCIPAL ENEMIGO

La mayor fuente de insatisfacciones no es la realidad, las adversidades o los obstáculos, sino nuestras expectativas. Somos nosotros nuestro principal enemigo porque, cuando nuestras expectativas son demasiado elevadas y no se corresponden con la realidad, corremos el riesgo de venirnos abajo. De hecho, una de las características esenciales de las personas resilientes consiste en tener expectativas adecuadas, objetivas y contextualizadas. 

Para formar expectativas que guíen nuestros pasos por el buen camino, no basta con ser conscientes de nuestras potencialidades y limitaciones sino que también debemos tener una imagen realista del mundo que nos rodea. Desgraciadamente, con el auge del positivismo en la Psicología, muchas personas han perdido, de cierta manera, el contacto con la realidad, alimentando expectativas poco realistas que dan lugar a la frustración y hacen que el fracaso tenga un sabor aún más amargo. Las expectativas irreales no solo no nos acercan a nuestras metas sino que nos convierte en personas más vulnerables. 
Por eso, de vez en cuando es conveniente tener en cuenta algunas lecciones de vida, enseñanzas que pueden convertirnos en personas más fuertes o, cuanto menos, más conscientes y proactivas.

¿Cuáles son las enseñanzas que siempre deberías tener presente?
1.   Puede que no exista un mañana

Es probable que ahora mismo haya alguien en el mundo planificando un mañana que no llegará. Es triste pero, a la misma vez, es cierto. Todo lo que tenemos es el presente, así que es mejor que lo aprovechemos sabiamente, porque el mañana es incierto. 

2.  La vida no es fácil

Para lograr que nuestros sueños se hagan realidad, debemos trabajar duro. El éxito se construye día tras día, no llega con golpes de suerte. Detrás de cada persona exitosa, siempre hay una historia de sacrificios. Cuanto antes comprendamos esta realidad, antes podremos poner manos a la obra. 
3. No se puede controlar todo

La sensación de control nos hace sentir cómodos y seguros. Sin embargo, la mayoría de las cosas más importantes de la vida, se escapan a nuestro control. Eso implica que, en vez de invertir tiempo y esfuerzo en intentar controlarlas, es mejor aceptar la incertidumbre y aprender a lidiar con la inseguridad ante el futuro.

4.     La información no es conocimiento

Tener información no significa, necesariamente, comprender, los conocimientos más importantes de la vida suelen provenir de la experiencia directa. Solo a través de esas vivencias podemos crecer y entender la verdadera magnitud de muchos eventos. Es necesario experimentar y vincularse emocionalmente para conocer a fondo. 

5.     Es imposible cambiar el pasado

Nadie puede volver atrás para empezar de nuevo, pero tenemos la posibilidad de comenzar hoy mismo a construir un nuevo final. De nada sirve lamentarse por lo ocurrido porque no podemos cambiarlo, pero podemos cambiar nuestra reacción ante ese evento. Recuerda que solo cuando aceptamos el pasado, nos liberamos de él y somos libres para construir un nuevo futuro.

6.     No se obtiene, sin dar algo a cambio

Por mucho que la sociedad se haya empeñado en decirnos que podemos obtener todo lo que deseamos, lo cierto es que para lograr grandes cosas, para poner en práctica cambios trascendentales, siempre nos veremos obligados a renunciar a algo. Ir hacia adelante también implica dejar cosas, costumbres o incluso personas en el pasado.

7.     Siempre habrá personas que no nos agraden

Por mucho que nos esforcemos, siempre habrá personas que no estén de acuerdo con nuestras ideas o formas de actuar y que, a la postre, se convertirán en un obstáculo para alcanzar nuestras metas. Sin embargo, no tiene sentido quejarse o intentar agradarles, en su lugar, debemos concentrarnos en hacer lo que realmente nos satisface, siendo fieles a nuestros valores. No podemos caerle bien a todos, pero es importante que nos sintamos satisfechos con nosotros mismos.

8.     El dolor es inevitable, el sufrimiento es opcional

Antes o después, el dolor tocará a nuestra puerta. La adversidad, la pérdida de personas queridas e incluso las enfermedades son inevitables. Sin embargo, podemos elegir cómo reaccionar ante esas circunstancias, podemos aprender de ellas y crecer ante los problemas o, al contrario, podemos dejar que nos derroten. Recuerda que es en las grandes adversidades cuando descubrimos hasta dónde somos capaces de llegar.

9.     Siempre habrá alguien mejor

La vida no es una carrera para ser los mejores, es un camino para encontrar la felicidad. La carrera desenfrenada por tener más o por sobresalir, a menudo solo conduce a un estado de insatisfacción perenne. Al contrario, aceptarnos y comprender que lo más importante no es el resultado final sino el camino, es la clave para vivir de forma más plena. No olvides que lo que obtienes al alcanzar tus metas, no es tan importante como en lo que te has convertido intentando alcanzarlas.

10.  La única persona que nos puede hacer felices, somos nosotros mismos

La semilla de la felicidad se encuentra dentro de nosotros. Las personas a nuestro alrededor y las condiciones externas pueden brindarnos fugaces momentos de felicidad pero es nuestra actitud la que determina si ese estado será estable a lo largo del tiempo o se esfumará. La felicidad es una decisión personal que se toma aquí y ahora, no es necesario supeditarla a ninguna condición.

* La resiliencia es la capacidad que tiene una persona o un grupo de recuperarse frente a la adversidad  para seguir proyectando el futuro. En ocasiones, las circunstancias difíciles o los traumas permiten desarrollar recursos que se encontraban latentes y que el individuo desconocía hasta el momento.

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